Aprender el oficio de Padre es un viajazo de la vida, es un vaivén emocional que en ocasiones te lleva a la gloria y en otras te tumba en la miseria.
Es un aprendizaje como pocos, tanto del noble arte de ser padre como del crecimiento personal que experimenta uno en el camino. Sin duda lo una va de la mano de lo otro.
En ocasiones, uno siente el triunfo en sus manos y orgulloso de cómo ha actuado y respondido ante el conflicto o la circunstancia, levanta el trofeo de la victoria y siente como es el mejor padre del mundo. Ese momento es maravilloso, sí, pero ser padre también implica pisar el barro, tropezar en la misma piedra y sentirse el peor padre del mundo.
Y es que en realidad no existe el uno sin el otro y la perfección reside en abrazar y reconocer ambos.
Pretender ser un padre perfecto todo el rato es, por un lado, irreal y, por otro, agotador. Yo he estado aquí y se muy bien de lo que hablo. ¿Te suena?
Ser Padre, en ocasiones, es complejo, abrumador, desafiador, agotador y es agobiante y en otras, en cambio, es fácil, relajado, apasionante, te llena de amor y te recarga de energía.
¿Qué me está ayudando últimamente a hacer de mi paternidad un viaje más liviano, gozoso y aprovechar cada momento para seguir creciendo personalmente?
1- Estar atento a la autoexigencia.
2- Empatizar con mi hijo.
3- No tomarme las cosas de forma personal.
4- Descansar.
5- Poner el foco en aquello que me llena el corazón.
6- Empatizar conmigo.
7- Relativizar.
8- Cultivar el camino del medio.
9- Entrenar la regulación emocional.
10. Practicar meditación y cultivar la atención plena.
Creo que esta foto resume muy bien lo que significa para muchos ser padre...pedalear a la contra, a favor, de subida y de bajada, en línea recta y en curvas sosteniendo a otro ser y a ti mismo a la vez. Vaia viajazo de la lai, tu !
¿Qué te ayuda a ti a sobrellevar los momentos difíciles, incómodos o estresantes que conlleva la crianza? Te leo ;-)
Comments