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  • Foto del escritorGuillem Cunill Clares

¿Como superar las resistencias a la meditación?

Actualizado: 15 sept 2021


En alguna ocasión has pensado en iniciarte en la práctica de la meditación pero te cuesta empezar, ¿Crees que no está hecha para ti o que nunca podrás conseguirlo? ¿Crees que es imposible encontrar un momento para la práctica? En este post comparto contigo algunas de las creencias limitantes más comunes por las que muchos pasamos y también cómo afrontarlas.


Creo que una de las principales resistencias a la meditación son estas: “Yo no estoy hecho para meditar” o “Yo no tengo tiempo para meditar”. Es probablemente las frases que más debo haber escuchado y que más he pensado.


Yo también lo pensé en su momento y de hecho después de intentarlo de forma decidida y consciente. Recuerdo mi sentimiento de frustración y enfado que tenía al finalizar la práctica. Supongo que al ver que cuando terminaba la práctica apenas podía ponerme en pié y me veía cojeando de vuelta a casa no ayudó mucho. Además de mantener los siguientes monólogos mentales: ¿Ves…? Yo no puedo mantener la posición, yo no estoy hecho para meditar, esto no es lo mío. Eso pensé y por ello decidí aparcar la idea de introducir la práctica de la meditación en mi día a día.


Como todo en la vida siempre hay un momento para ello. Este llegó durante el confinamiento y, en este caso, me fue muy fácil bucear por estos lares y pasé de 0 a 100 en cuestión de días. Primero empecé meditando sentado en una silla y luego encontré un zafu adecuado para mi. Escuchar mi cuerpo, respetar sus tiempos e ir viendo los claros beneficios que la meditación me aportaba hizo que esta vez no abandonara la práctica. Gemma Calaf y su cuarentena y los círculos de meditación de Vida en espiral fueron claves y de ellos tomé las bases que hoy en día me acompaña en mi práctica. Gracias a su entrega, pasión y sabiduría hoy soy el meditador que soy.


La meditación es mi mejor medicina y se ha vuelto una práctica básica en mi día a día. Me ayuda a anclarme, a calmar mi mente incansable, a limpiarme energéticamente, a volver a mi centro, a desapegarme de mis pensamientos, a calmar mi enfado, a energetizarme, a inspirarme, a quererme más o a relacionarme mejor con mi entorno.


Después de mi práctica diaria me siento más ligero, más en paz y más conectado conmigo y con los demás. Me siento más inspirado y tengo mucha más energía vital.


Dicho esto si nunca has meditado pero tienes curiosidad y desearías probar: ¿Cuáles son las principales resistencias con las que probablemente te vas a encontrar?


Nuestro Ego: Para nuestro Ego ser silenciado es equivalente a morir. Por ello va a tratar de tomar todo el protagonismo posible para que desistas. Así que si empiezan a rondar estas frases por tu cabeza: Hoy no me apetece, hoy estoy cansado, mejor túmbate a ver una serie, tienes que…., mejor déjalo para mañana, etc etc. Te recomiendo que trates de mantenerte como un observador de estos pensamientos y sigas adelante con tus planes. Esto te permitirá no desistir y poco a poco obtendrás una mejor gestión de esta vocecita interna.


Creencias limitantes: Todos tenemos ideas o creencias nos limitan y que nos auto boicotean. Pero son solo eso: creencias limitantes. En el caso de la meditación permíteme que te diga que tod@s estamos preparados para meditar y que tú también podrás con ello. Al igual que en el anterior punto creo que la clave está en observarlas y en dejarse llevar por las ganas y la intención de realizar nuestra práctica. La forma más eficaz de superar esas creencias es mediante la confianza basada en la experiencia: Probar de meditar.


Falta de tiempo: Este también es un gran clásico…”Uy es que no tengo tiempo”. Esta podría ir en el grupo del: “Nuestro Ego” pero siento que tiene entidad propia. Yo también pasé por aquí pero cuando empecé a percibir lo que la práctica me aportaba en mi día a día dejé esta frase y siempre he encontrado el sitio y el lugar dónde poder practicar y raro es el día que no lo haga mínimo una vez.


Sueño o cansancio: Sin duda, el cansancio o el sueño es otra de las limitaciones a la hora de practicar. Al contrario de lo que pueda parecer la meditación nos recompone energéticamente mucho más que una siesta, por ejemplo. Aunque para que podáis practicar en condiciones os recomiendo que busquéis el momento del día en que os sintáis en condiciones óptimas y asi vuestra práctica será mejor. Para mi esos momentos suelen ser: A primera hora de la mañana. Abro los ojos, pongo un temporizador de 20 o 30 minutos y a meditar. Luego al mediodía o antes de ir a dormir también suelen buenos momentos para mi.


Dificultades con la postura: Como decía al principio de este post esta fue una de las principales razones por las que abandoné la práctica. Para mi ha sido clace escuchar mi cuerpo, ser respetuoso, no forzar, huir de la rigidez, encontrar alternativas y poco a poco, práctica a práctica me he ido encontrando más cómodo con la postura y he dejado que todo vaya fluyendo hasta encontrar una postura digna, cómoda y que me permite bucear por estos lares.


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